El papel del acompañante. Su función principal es la de acompañar los procesos de aprendizaje de los niños, ya que no enseñan sus conocimientos, sino que permiten que los niños creen los suyos propios. Para ello: crea y cuida los ambientes de aprendizaje; respeta los procesos madurativos y necesidades de cada niño; confía en la capacidad del niño para ser el protagonista de su propio aprendizaje; respeta las actividades y decisiones de los niños sin tratar de dirigirlas ni interferir en ellas; ayuda en cualquier actividad en la que soliciten ayuda facilitándoles la tarea, pero no realizándola por ellos; observa y lleva un registro de las actividades y necesidades de los niños, que sirve para realizar la evaluación; no interviene en los conflictos permitiendo que los niños los solucionen por sí mismos, salvo en caso de agresión física o verbal, o que pidan su ayuda para solucionar el conflicto. Todo ello cuidando de la seguridad física y emocional de los niños. Además, hace partícipes a las familias del proceso de desarrollo y aprendizaje de sus hijos.