
Nacemos sexuados y crecemos tomando poco a poco conciencia corporal sobre el placer. Es un proceso, no un momento, que cada niño y niña vivirá de manera diferente y en ritmos diferentes. Y hay un tremendo componente cultural y educativo. Sí, la sexualidad de cada persona se construye en base a su cuerpo y sobre todo, a su mente: lo que ve y aprende sobre ello.
Es un tema transversal que hay que mencionar y acompañar también. Con un lenguaje claro y sencillo, adaptado a cada etapa de cada niña o cada niño.


Tuvimos unas pequeñas charlas sobre sexualidad. Es importante escuchar el sentir de cada criatura: hasta dónde quieren saber. Oyen cosas, sienten curiosidad. Y, lamentablemente, las niñas y niños de hoy día tienen un acceso a contenidos pornográficos violentos que pueden distorsionar mucho la imagen de una sexualidad sana, dónde el placer corporal con una misma o con las demás está supeditado a una cultura violenta y machista.

Hablar con las niñas y niños de cómo se tocan y qué sienten es básico en la educación. Aprender a conocer sus cuerpos y valorarlos, amarlos y respetarlos, hará de las criaturas ahora personas adultas en un futuro que amarán y respetarán sus cuerpos y los de las demás personas, sea cual sea su vivencia de la sexualidad.

Los cuentos donde se nombra el sexo como parte de la vida, el uso de maquetas y representaciones de los órganos sexuales, incluso los manuales de anatomía, son herramientas útiles para que las niñas y los niños, cada cual en su momento, puedan identificar qué toca y cómo se tocan, entendiendo el placer como fuente de salud y bienestar.

